Por: Leticia Barrios
Asesor en desarrollo de habilidades de liderazgo y motivación para ejecutivos.
Muchos jefes se encuentran con el reto de buscar el modo de motivar a colaboradores que no tienen aspiraciones, que son conformistas. Aprende cuál pudiera ser el origen de este tipo de actitudes y cómo combatirlas.
Palabras clave: motivar, desmotivación, metas.
Andrés sacó sus cuentas. Como ejecutivo de ventas la empresa para que laboraba le ofrecía un sueldo base y comisiones.
Andrés sacó sus cuentas. Como ejecutivo de ventas la empresa para que laboraba le ofrecía un sueldo base y comisiones.
Pero si hacía el "esfuerzo" podía ajustar su presupuesto y el de su familia y sostenerse sólo con su sueldo base. De modo que si vendía o no, era irrelevante para él. Total, ya tenía sus gastos fijos "asegurados".
Carmela es otro caso igual. Trabaja en un laboratorio y tiene conocimientos especializados; últimamente se le ha visto desmotivada y aunque le han aumentado el sueldo y sus prestaciones, no se observa un cambio de actitud. Su jefe no sabe qué hacer para incentivarla.
Aunque pueden ser varias las razones por las que una persona pierda la motivación, pocas veces es tomado en cuenta un factor clave: la expectativa de logro que tiene el colaborador respecto a sus metas laborales o personales.
Analicemos los ejemplos descritos anteriormente. A Andrés le gustaría mucho tener una linda casa pero... él cree que nunca podrá ahorrar lo suficiente como para poderla comprar.
A Carmela le fascina la idea de tener un puesto importante dentro de la empresa en la que trabaja, pero no la toman mucho en cuenta porque es introvertida y callada. Ella ha llegado a la conclusión de que nunca podrá hacer su sueño realidad.
Entonces la función del líder es infundir seguridad a su colaborador y hacerle creer que sí puede lograr sus anhelos.
El líder se convierte en fuente de inspiración, es quien lo anima a buscar opciones, a descubrir alternativas que antes no veía, ensanchar el pensamiento y crecer en habilidades.
A veces lo único que les hace falta a las personas es alguien que les haga ver y sentir que pueden confiar en sí mismas.
Cuando una persona pasa de un estado en el que cree que no puede lograr algo a un estado en que sí lo cree, cambia inmediatamente su actitud, su ánimo, su disposición al trabajo.
Lo que acabo de explicar se llama la teoría de la expectativa. Tómala en cuenta y explora si ese Colaborador que aparentemente no tiene aspiraciones en realidad sí las tiene.
Reúnete con él y averigua si el problema es que no sabe cómo lograrlas. Si le ayudas a conseguirlas, no habrá persona sobre la tierra que admire y confíe más que en ti. Aumentará tu poder e influencia y te sentirás muy satisfecho de tus propios logros.
Y tú estarás aumentando tu capacidad en el arte de motivar a las personas. Te rodearás de un equipo de trabajo más dinámico y comprometido. Esto es lo que hace un líder auténtico.
“Lo que hagas Hoy, Repercutirá en la Eternidad”