Aunque parezca difícil de creer en estos tiempos de tecnología y en teoría de buenas relaciones, el saludo no deja de pasar de ser un ritual que se practica por muchísimos años, sabemos que empieza en la era de las cavernas cuando estas personas visitaban otra cueva o aldea y saludan, para mostrar su respecto al otro líder, esto ha ido evolucionando hasta nuestra era y dependiendo de cómo te saluden nos estarán diciendo muchas cosas.
El Saludo tiene un gran valor simbólico porque
dependiendo de cómo lo expresemos será entendido como un gesto de cercanía, de
proximidad, de relaciones profesionales o afectivas o un mero gesto de cortesía
y de buenas costumbres. Su ausencia, demuestra un posible enfado o irritación.
De aquí surge la frase de “retirar el
saludo” como claro reflejo de una actitud hostil o poco amigable.
Empecemos
con un simple ejemplo, cuando llegamos a la oficina minutos antes de la hora de
entrada, hay personas que se saludan de diferentes maneras, demostrando su
mayor o menor empatía con la persona a la cual saluda, y en el peor de los
casos hay persona que pasan desapercibidas y esto puede ser por dos motivos,
por una falta total de empatía o que la persona no es visible para el común de
las personas, es decir, no hace sentir su presencia.
En todo
caso, esta práctica se debe de realizar a diario y con todas las personas ya
que es parte de la educación, entendamos que el no saludar nos indica que hay
trabajo por hacer, para empezar trabajar la integración del equipo, con esto
mejoraremos el sentido de pertenencia, el compromiso con la organización y el
sentirse integrado, ya que los seres individuales ya no son de esta era.
“Lo que hagas Hoy,
Repercutirá en la Eternidad”
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